Mateo 3:17:
Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este [Jesucristo] es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Mateo 12:32:
A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre [Jesucristo], le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo [Dios], no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.
Mateo 26:39,42:
Yendo [Jesucristo] un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Marcos 13:32:
Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo [Jesucristo], sino el Padre.
Marcos 16:19:
Y el Señor [Jesucristo], después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.
Lucas 1:35:
Respondiendo el ángel, le dijo [María]: El Espíritu Santo [Dios] vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Juan 1:18:
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan 1:32-34:
También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él [Jesucristo].
Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo [el don del espíritu santo].
Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
Juan 3:16 y 17:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Juan 5:30:
No puedo yo [Jesucristo] hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Juan 7:16:
Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.
Juan 14:28:
Habéis oído que yo [Jesucristo] os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.
Romanos 1:3 y 4:
acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne,
que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos.
Romanos 8:3:
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne.
I Corintios 8:6:
para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
I Corintios 11:3:
Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.
Gálatas 4:4:
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley.
I Timoteo 2:5:
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
Hebreos 4:14 y 15:
Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Santiago 1:13:
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie.
I Juan 5:5:
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
II Juan 3:
Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.